Lesiones Catastroficas

Las lesiones catastróficas son aquellas que evitan que la víctima pueda cuidarse a sí misma. Esta discapacidad a menudo tiene como resultado la necesidad de que familiares de la víctima ayuden a cuidar de ella tras su regreso a casa del hospital. Una lesión catastrófica puede evitar que la víctima funcione tanto física como mentalmente, en particular si se presentan lesiones a la cabeza. Estas lesiones también generan daño emocional grave. Somos expertos en reunir la evidencia necesaria para probar esos daños y maximizar la recuperación para las víctimas por haberlos sufrido.

Las lesiones catastróficas se presentan en muchas maneras. Daño a órganos internos, huesos fracturados y quemaduras graves son algunas de las más comunes. Las lesiones de la médula espinal que producen parálisis, las lesiones cerebrales traumáticas que llevan a una disminución en la capacidad mental y las amputaciones de extremidades se consideran las más graves. Estas y otras lesiones pueden causar discapacidades de por vida y una calidad de vida considerablemente reducida. Sin embargo, las personas a menudo sufren una vida de síntomas incluso si estos son menos graves.

Nuestra especialidad evidente son los accidentes peatonales y de ciclistas. Sin embargo, también hemos obtenido resultados sobresalientes para nuestros clientes en accidentes automovilísticos y resbalones y caídas. Otras causas de lesiones catastróficas incluyen incendios, lesiones atléticas y agresiones. Una lesión puede ocurrir en cualquier lugar y momento. Puede ocurrirle a una persona mientras se encuentra en el trabajo, pasando tiempo con familiares o amigos o simplemente mientras están de compras en un centro comercial. Sin importar lo cuidadosa que sea una persona en lo que respecta a su seguridad, los accidentes suceden.

Cuando se trata de lesiones catastróficas, la compensación por lo regular se determina a través de una combinación de daños económicos pasados y futuros (facturas por cuidado médico, atención a largo plazo, ingresos perdidos y otros daños económicos) y el impacto sobre la calidad de vida de la víctima. Por ejemplo, una persona que pierde una extremidad quizás aún pueda trabajar, pero podría no ser capaz de realizar las funciones de su empleo actual. Sus prospectos de obtener otro empleo también podrían verse gravemente limitados.

Una persona que sufre una lesión cerebral traumática (TBI, por sus siglas en inglés) puede no ser capaz de funcionar de forma independiente. Una víctima de una TBI puede requerir atención personalizada por el resto de su vida.

Otro factor para determinar la compensación es si la persona o empresa responsable del accidente estaba o no al tanto de la existencia de un riesgo.